Ione Belarra cede ante el PSOE para asegurar la ley de bienestar animal y concede excepciones a los perros de caza

Ione Belarra cede ante el PSOE para tratar de asegurar la aprobación de la ley de bienestar animal. El Ministerio de Derechos Sociales ha enviado este miércoles a los socialistas una propuesta por la que se abren a introducir excepciones en el texto, excluyendo a los perros de caza en algunos de sus apartados, siempre y cuando estén en el ejercicio de actividades relacionadas con su función. Una excepción que, apuntan los morados, sigue sancionando a los dueños en caso de maltrato, “causarles algún tipo de sufrimiento o abandonarlos”.

La secretaria general de Podemos cede así a algunas de las peticiones del socio mayoritario de coalición, que presentó enmiendas para excluir por completo al perro de caza, con la idea de regular esta figura en la ley de caza en la que trabaja el Ministerio de Agricultura de Luis Planas.

La norma, una de las banderas del ministerio de Belarra, se aprobó en Consejo de Ministros el pasado agosto, pero las protestas de los alcaldes del PSOE y la cercanía de las elecciones municipales llevaron a que los socialistas excluyesen a los animales auxiliares de la actividad cinegética de todo el texto; una exclusión que se presentaba como una condición ‘sine qua non’ para votar a favor de la norma, que corría el riesgo de decaer en el Congreso.

Podemos trata ahora de reconducir la situación y propone una opción intermedia, a la que ha venido a llamar como ‘vía Page’, que estaría inspirada en la norma aprobada por el Gobierno de Castilla-La Mancha del socialista Emiliano García Page, uno de los dirigentes socialistas que más crítico se ha mostrado con la ley de bienestar animal. “Este modelo”, explican fuentes parlamentarias de Unidas Podemos, “establece que los perros de caza quedan excluidos de la aplicación de la norma mientras participen en actividades cinegéticas”. 

Se refieren los morados a la Ley 7/2020 de Bienestar, Protección y Defensa de los Animales de Castilla La-Mancha, aprobada en 2020. Esta norma exime a los dueños de los perros de caza de garantizar el cumplimiento de las obligaciones de “cuidar y proteger a los animales de las agresiones, situaciones de peligro, incomodidades y molestias que otras personas o animales les puedan ocasionar”. También de “evitar las agresiones o molestias del animal a las personas o a otros animales, así como la producción de otro tipo de daño” durante el ejercicio de la caza. “Esta excepción”, añaden fuentes del Ministerio de Derechos Sociales, “no implica que se les pueda maltratar, agredir, causarles algún tipo de sufrimiento o abandonarlos, en cuyo caso se les aplicaría el procedimiento sancionador recogido en la Ley”.

El Ministerio de Derechos Sociales, que ha remitido al grupo parlamentario socialista y al resto de grupos del bloque de investidura una propuesta de enmienda transaccional, cree que de esta manera se pueda “desbloquear por fin la norma garantizando la protección animal y también que los cazadores” y que “los socialistas vean recogidas sus demandas”.

 

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