En línea con esta deriva tan peculiar que sigue ahora TV-3, ensayando posturas de más entretenimiento, más euforia, más espuma y quizá menos sermón procesista, el programa ‘Col.lapse’ ha invitado a Jorge Javier Vázquez, presentador estrella de Tele 5.
Ricard Ustrell se ha sentado frente a él y han charlado media horita. Una conversación enfocada hacia lo íntimo. Particularmente introspectiva. Los miedos. Las frustraciones. Las adicciones de este presentador televisivo. Es decir, un encuentro en base a este libro personalísimo que Jorge Javier acaba de publicar y que Ustrell mantuvo durante toda la sesión sobre sus rodillas, diciéndole con énfasis admirativo lo muy valiente que es desnudándose como se desnuda en el libro. Resaltaba, por ejemplo, que le han prohibido el sexo y el alcohol durante un año, como mínimo. Incidía en lo mucho que ha sufrido. Y hablaban de la soledad. De las inseguridades. De las amarguras de la vida.¡Ah! Para simular un psicoanálisis como es debido deberían haberle colocado en un diván en lugar de en una silla.
De televisión no han dicho ni pío. Sobre el tipo de tele que fabrica cada día para el imperio ‘telecinqüe’, ni una reflexión ni una pregunta. Solo, al final, una pincelada, elogiosa por parte de Ustrell, respecto del programa ‘Sálvame’ («¡Es un formato único en Europa! ¡Un programa líder indiscutible!»). Y punto. Hombre, comprendo que a Jorge Javier este es el tipo de entrevistas que le interesa que le hagan. ‘No pregunte por lo que hago, pregunte solo por lo que escribo en mi libro’. Pues sí, es muy curiosa esta moda de escribir algún librito, o novelita, por parte de un cierto tipo de criaturas televisivas. Lejos de mí cuestionarles que escriban, pero parece una forma de escapismo para olvidar la clase de tele sin escrúpulos que fabrican cada día.
Si quieren una buena entrevista a Jorge Javier en TV-3 visiten la web del programa ‘El convidat’, del 8 de octubre de 2013. Albert Om se desplazó a su mansión en Madrid, se pasó allí, con él, 48 horas seguidas, y en un momento dado le preguntó: «¿Te gusta lo que haces? ¿Has llegado alguna vez a casa y te has dicho: basta no quiero seguir haciendo eso?». Y la estrella de la factoría Mediaset acabó exclamando: «Mira, yo no teorizo sobre mi trabajo, porque si lo hiciera, me volvería loco». Podríamos leerlo así: no hablemos de mi trabajo, que me deprimo.