PEKÍN, 5 dic (Reuters) – Las condiciones para que China
relaje su gestión del COVID-19 como enfermedad contagiosa grave
mejoran a medida que el coronavirus se debilita, informó el
medio de comunicación estatal Yicai, uno de los primeros en
plantear la idea.
Desde enero de 2020, China ha clasificado el COVID-19 como
una enfermedad infecciosa de categoría B, pero la ha gestionado
bajo los protocolos de categoría A, que dan a las autoridades
locales el poder de poner a los pacientes y sus contactos
cercanos en cuarentena y confinar las regiones afectadas.
Las enfermedades de categoría A en China incluyen la peste
bubónica y el cólera, mientras que el SARS, el sida y el ántrax
entran en la categoría B. Las enfermedades de categoría C
incluyen la gripe, la lepra y las paperas.
Las enfermedades infecciosas como el COVID-19, que tienen
una fuerte patogenicidad y una alta tasa de mortalidad, se
clasifican en la categoría A o en la categoría B, pero se
gestionan como categoría A.
Pero más del 95% de los casos en China son asintomáticos y
leves, y la tasa de letalidad es muy baja. En estas
circunstancias, mantener la gestión de categoría A no se ajusta
a la ciencia, informó Yicai a última hora del domingo, citando a
un experto en enfermedades infecciosas no identificado.
El COVID-19 podría ser degradada a la gestión de la
categoría B o incluso a la categoría C, dijo el experto a Yicai.
Cualquier ajuste en la gestión de las enfermedades
infecciosas por parte de la Comisión Nacional de Salud, la
máxima autoridad sanitaria de China, requiere la aprobación del
Consejo de Estado, o gabinete.
El viceprimer ministro Sun Chunlan declaró la semana pasada
que China se enfrenta a “una nueva situación” a medida que se
debilita la patogenicidad de la variante ómicron, convirtiéndose
en el primer funcionario gubernamental de alto rango que
reconoce públicamente que la capacidad de la nueva variante para
causar enfermedades ha disminuido.
Desde su declaración, muchas ciudades importantes han
empezado a levantar los confinamientos a gran escala, han
reducido las pruebas PCR regulares y han puesto fin a los
controles de los resultados negativos de PCR en espacios
públicos como estaciones de metro y parques al aire libre.
(Reporte de Ryan Woo. Editado en Español por Ricardo Figueroa)