Cartas bomba: se busca al ‘Unabomber’ español

La Policía Nacional trabaja con la idea de que los seis sobres con material explosivo enviados a autoridades y empresas tienen un mismo padre, un mismo autor. Mientras se buscan huellas dactilares, ADN, imágenes de cámaras de seguridad… otra pata de la investigación se centra en el perfil de ese individuo sin rostro.

“Buscamos a un tipo solitario, un individuo habilidoso y con conocimientos de explosivos. Buscamos al Unabomber español”, explican fuentes de la investigación a CASO ABIERTO, el canal de investigación y sucesos de Prensa Ibérica.

16 cartas, 3 muertos

Unabomber fue el nombre que el FBI dio a la persona que envió 16 cartas bomba a diferentes objetivos, desde universidades hasta líneas aéreas, entre los años 1978 y 1995. Sus envíos mataron a tres personas e hirieron a otras 23.

Unabomber fue detenido en 1996 en la cabaña aislada en la que vivía. Se llama Theodor Kaczynski, es un matemático y filósofo antisistema que cumple ahora ocho condenas de otras tantas cadenas perpetuas en Estados Unidos. El manifiesto con sus ideas y su caza por el FBI son el argumento de la serie ‘Mindhunter’ de Netflix.

Caso español

En el caso español, los investigadores de los seis sobres con explosivos dan por cierto que todos se enviaron desde España. Todos tienen la misma composición: pólvora con algo de metralla. Y el mismo dispositivo para explotar.

Los expertos consultados por CASO ABIERTO distinguen este caso de los envíos con balas y amenazas a Pablo Iglesias, Fernando Grande-Marlaska y otras personas, la primavera de 2021, cuya autoría nunca se descubrió. “No tiene nada que ver con aquellos envíos, esto está mucho más trabajado, es más serio. La persona que lo ha hecho ha tenido que tener una formación, un aprendizaje en electrónica. Y podía haber hecho mucho daño“, subrayan.

Pólvora prensada

De hecho, las primeras pesquisas apuntan a que los sobres contenían una pequeña cantidad de metralla y pólvora “prensada”, es decir, que podría haber sido extraída de varios cartuchos. Llevaban “poca carga”, pero podían “hacer daño”.

El único herido en esta oleada de cartas fue un militar destinado en la Embajada de Ucrania que cogió el sobre. Quizás por su formación, tuvo reflejos para lanzar al aire la carta cuando escuchó un pequeño clic, de forma que detonó en el aire y solo le causó heridas en un dedo.

Escritura pulcra

Las investigaciones no descartan ninguna posibilidad, pero la que trabajan con más fuerza es la de un lobo solitario. Descartan, como hizo el FBI en su día, a la mitad de la población. Histórica y estadísticamente, las mujeres no cometen ese tipo de delitos, con esa metodología. Y dibujan el perfil: “Creemos que puede ser un hombre maduro, ya de una edad de más de cuarenta años, inteligente, con cierta formación, habilidoso”. La escritura de las cartas, muy pulcra y clara, les orienta a pensar en esa dirección.

La Policía Nacional sigue investigando en busca de ese Unabomber. En el caso de Kaczynski, los agentes del FBI que le bautizaron no fueron capaces de dar con él hasta 18 años después de que mandara su primera carta bomba. Lo hicieron gracias a que su hermano reconoció su letra en varios de sus escritos.

Los investigadores españoles esperan que el autor de los envíos no sea tan brillante como el norteamericano, un destacado matemático y profesor universitario desengañado con el mundo y la educación que se retiró a vivir a una cabaña desde donde mandaba sus cartas bomba.

 

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