Un nuevo estudio dirigido por un investigador de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Boston (BUSPH) en EEUU ha descubierto que una de cada 10 mujeres que no tenían hipertensión antes o durante el embarazo pueden desarrollar hipertensión hasta un año después de dar a luz.
Las personas sin antecedentes de presión arterial alta pueden desarrollar hipertensión por primera vez en las semanas y meses posteriores al parto, pero hay muy pocos datos sobre la hipertensión por primera vez que se desarrolla más de seis semanas después del parto.
El estudio, publicado en ‘Hypertension’, una revista de la Asociación Estadounidense del Corazón, el tambien ha encontrado que casi una cuarta parte de estos casos de presión arterial alta se desarrollaron seis semanas o más después del parto, y las madres con mayor riesgo tienen más de 35 años, fumadoras actuales o anteriores o en mujerespacientes que dieron a luz a su bebé por cesárea.
La hipertensión posparto puede provocar complicaciones como accidente cerebrovascular, enfermedad cardiovascular e insuficiencia renal más adelante en la vida, pero hasta ahora, la mayoría de las investigaciones han subestimado la carga de la hipertensión posparto de nueva aparición. Los estudios previos sobre este tema se centraron principalmente en las mediciones de la presión arterial tomadas durante el parto o los reingresos hospitalarios.
Además, la atención posparto estándar consiste en solo una visita clínica dentro de las cuatro a seis semanas posteriores al parto, por lo que los nuevos casos de hipertensión en el período posparto tardío (seis semanas a un año después del parto) pueden no ser diagnosticados.
El nuevo estudio, que contó con participantes de diversas razas y etnias, muestra que las pacientes con los tres factores de riesgo anteriores tenían un riesgo del 29 por ciento de desarrollar hipertensión posparto nueva, y que este riesgo aumentó al 36 por ciento entre las pacientes negras no hispanas.
Esta información puede proporcionar una mejor comprensión de las disparidades raciales persistentes en la morbilidad y mortalidad materna en los EEUU y la medida en que la hipertensión puede contribuir a estas disparidades. Los hallazgos también subrayan la necesidad de estrategias para identificar y controlar la presión arterial alta posparto entre las pacientes de alto riesgo antes de que sean dadas de alta del hospital después del parto.
“Los hallazgos del estudio tienen implicaciones para la atención posparto, particularmente entre pacientes sin antecedentes de hipertensión”, señala la autora principal del estudio, la doctora Samantha Parker, profesora asistente de epidemiología en BUSPH y ex alumna del programa de doctorado en epidemiología de SPH en 2014.
“Nos sorprendió la cantidad de casos registrados más de seis semanas después del parto, un período que queda fuera del seguimiento posparto de rutina. El seguimiento durante este período podría mitigar las complicaciones cardiovasculares graves posparto y a largo plazo”, ha añadido.
Otros estudios sugieren que la aparición de hipertensión después del parto puede ser hasta 2,5 veces más común entre las mujeres negras no hispanas en comparación con las mujeres blancas, agrega. “Comprender esta relación entre el embarazo y la hipertensión es particularmente importante para abordar las desigualdades en las enfermedades cardiovasculares maternas y la muerte de las personas de color”, ha añadido.
Para el estudio, Parker y sus colegas de BUSPH y la Facultad de Medicina Chobanian & Avedisian de la Universidad de Boston (Chobanian & Avedisian SOM) utilizaron registros médicos para examinar las características demográficas y los datos prenatales, de parto y posparto de 3925 personas embarazadas que dieron a luz entre 2016 y 2018. en el Centro Médico de Boston.
Los investigadores analizaron las mediciones de la presión arterial de las pacientes desde el período prenatal hasta los 12 meses posteriores al parto, tomadas en el hospital durante las visitas al consultorio, la atención de urgencia y de emergencia y las readmisiones.
El equipo definió la hipertensión posparto de nueva aparición como al menos dos lecturas separadas de la presión arterial, comenzando 48 horas después del parto, en las que la presión arterial sistólica fue de al menos 140 mmHg y la presión arterial diastólica de al menos 90 mmHg. La presión arterial grave incluía lecturas sistólicas de al menos 160 mmHg y lecturas diastólicas de al menos 110 mmHg.
Aunque a la mayoría de las pacientes se les diagnosticó hipertensión posparto antes de recibir el alta del hospital después del parto, el 43 por ciento de las pacientes recibieron un diagnóstico de hipertensión por primera vez después de la hospitalización del parto, y aproximadamente la mitad de estos casos nuevos ocurrieron más de seis semanas después del parto, lo que enfatiza la necesidad de monitorear la presión arterial durante todo el período posparto.
Según señalan, la investigación futura debería explorar oportunidades para reducir el riesgo de hipertensión en el período posparto e investigar las implicaciones de la hipertensión posparto en la salud cardiovascular futura.