Ayer, en un campo ubicado en el partido bonaerense de Exaltación de la Cruz, 230 hectáreas de trigo quedaron hechas cenizas en solo 10 minutos. El momento de desesperación lo vivieron un grupo de trabajadores que estaban en plena cosecha. Tras un cortocircuito en un cable que atraviesa el establecimiento, vieron como se prendía fuego parte de las 700 hectáreas sembradas. Estiman que perdieron 850 toneladas del cereal.
En diálogo con LA NACION, Marcelo Cervigni, director ejecutivo de Cervigni Hermanos SA, la firma que produce allí, relató que ayer, en medio de una tormenta, las ráfagas de viento movieron una línea de luz de media tensión. Eso produjo que se tocaran los cables y sobreviniera un cortocircuito. Las chipas cayeron sobre uno de los lotes sembrados y se desató la tragedia.
“Nosotros tenemos un protocolo de seguridad para incendio que lo disparamos, pero dado que el personal del campo estimaba las ráfagas de viento entre 50 a 60 km por hora y lenguas de fuego de 30 metros, el encargado, con buen criterio, decidió sacar a toda la gente del campo y no arriesgarlos”, explicó. “Siempre se le da prioridad al factor humano antes que lo material”, agregó.
Las llamas devoraron todo
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El personal logró sacar dos cosechadoras, pero fue tarde para llevarse una camioneta Toyota 2020 que quedó envuelta en llamas. “Por suerte no tenemos que lamentar pérdidas humanas, que es lo más importante”, detalló.
Así quedó una camioneta en medio de las llamas
Además, las llamas avanzaron y el fuego rodeó un puesto del campo. El productor relató que fueron momentos “dramáticos” porque adentro estaba la gente. En ese momento, llegó el alivio. “Milagrosamente, cayó una lluvia de 10 mm que neutralizó el fuego”, comentó.
Al lugar llegaron tres dotaciones de bomberos del partido de Exaltación de la Cruz, San Antonio de Areco y San Andrés de Gilés. “En el agro hay mucha solidaridad en general”, remarcó el productor. No trascurrió mucho tiempo hasta que llegaron los vecinos que se acercaron con tractores para ofrecer su ayuda.
Estimó que se perdieron unas 850 toneladas de trigo. “Por suerte tenemos un seguro que nos cubre el 70% del daño en este caso y en la camioneta también teníamos uno a todo riesgo con franquicia”, explicó.
El lote que se quemó y lo que quedó en pie
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También se prendieron fuego los silobolsas con el trigo cosechado. Pasada la lengua del fuego, los pudieron apagar.
En 2019 ya habían sufrido un incidente. Se les quemó una cosechadora en plena recolección de soja. “Hemos tenido principios de incendios en las cosechas, pero siempre activamos el protocolo con matafuegos y también tenemos un tanque hidrante de 1500 litros”, graficó, entre otras medidas que implementan.