Un hecho insólito e indignante ocurrió en la última semana: una mujer mostró cuánto le cobró un plomero por un simple trabajo de tuberías. La noticia no tardó en llegar a las redes sociales, donde una ola de usuarios señalaron al trabajador, quien más tarde le pidió disculpas. Según se detalló, la tarifa ascendió a una cifra altísima sin justificación alguna.
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El hecho ocurrió en Lancashire, Reino Unido, en donde una vecina, de 79 años, requirió el arreglo de unas tuberías. Margaret llamó de inmediato a la organización Depher, que ofrece asistencia gratuita en temas vinculados al mantenimiento del hogar para personas con discapacidad y de edad avanzada. Esta red nació durante la pandemia y ahora extiende su ayuda hasta con raciones de comida gracias a las donaciones de terceros.
La cañería de Margaret una vez arreglada: apenas le puso cinta
Ante la imposibilidad de contactarse con un plomero, Margaret recurrió a Wayne, un vecino del pueblo que a diario realiza este tipo de trabajos. Al momento de abonar el servicio, la mujer debió entregarle al plomero 356 libras esterlinas (equivalente a $73.131). Lo más angustiante de la situación fue cuando se percató de que la refacción se realizó con cinta adhesiva. Tras la indignación, decidió hacer pública su historia.
Luego de largas horas de espera, Margaret consiguió contactarse con James, fundador de la organización benéfica Depher, y le comentó el hecho desopilante. Sin más remedio, el encargado de la institución decidió hablar con el plomero que la atendió y le reclamó sus respectivas disculpas. “Regresé y llamé a Wayne, lo conozco, y le dije: ‘Escuchá, esta no es la primera vez que hacés esto, pero espero que sea la última’”, explicó para el medio británico Lad Bible.
Margaret recibió de vuelta su dinero: el monto superaba los $70 mil argentinos
“Le dije que tenía que ir a lo de Margaret y rectificar la situación, porque si no lo hacía, no lo protegería ni a él ni a su identidad. Él me escuchó, y volvió, devolvió el dinero y le dio un abrazo, que ella aceptó”, agregó James. De esta manera, el plomero obtuvo su merecido y aprendió a no aprovecharse de la situación de una persona jubilada. “Obviamente, la gente ahora está luchando con el costo de vida, pero eso no te da una excusa para cobrar esa cantidad de dinero sin importar quién seas. Es repugnante”, sentenció el fundador de la organización benéfica.
Una vez que las 356 libras esterlinas fueron devueltas a Margaret, James cambió la llave de agua. Su costo fue de 32 libras ($6573) y lo hizo de manera gratuita.