Dos colaboradoras del diputado opositor Gerardo Milman declararon hoy como testigos en la causa por el atentado contra Cristina Kirchner y negaron que su jefe les haya dicho, un día después del ataque a la vicepresidenta: “Cuando la maten yo estoy camino a la costa”.
Esta versión la dio Jorge Abello, asesor de un diputado kirchnerista, que dijo haber escuchado a los tres un día antes del atentado, en el bar Casablanca, frente al Congreso. Carolina Gómez Mónaco e Ivana Bohdziewicz, que hoy declararon frente al fiscal Carlos Rívolo, la negaron. A pedido de él, las dos entregaron sus teléfonos, que serán peritados. Gómez Mónaco dijo que había cambiado su aparato; Bohdziewicz, que había borrado parte de sus conversaciones y fotos.
“Quiero aclarar que yo cambié el teléfono la semana pasada, y el anterior lo tiene mi hermana actualmente. Cuando cambié el teléfono, pero no el número, pasé al nuevo las cosas más importantes, pero en las aplicaciones como WhatsApp, están las conversaciones que yo tenía en el aparato anterior que utilizaba previamente”, dijo Gómez Mónaco.
Bohdziewicz, cuando Rívolo le preguntó si tenía en su celular conversaciones con Milman, respondió: “Sí, de temas laborales. Pero quiero aclarar que las borré. Tanto los mensajes como las fotos, porque sentí que se podía violar mi intimidad si me pedían el teléfono. Yo borré todo porque no había posibilidad de seleccionar solo algunas cosas y tenía fotos íntimas mías comprometedoras. Para eso me asesoré. De todas formas, quiero aclarar que nunca hablé de nada relacionado con el atentado a la vicepresidenta en cuanto a una participación criminal en el mismo. Sí hemos hablado sobre el tema del atentado, desde el punto de vista de lo que se escuchaba en los medios”.
Cuando Rívolo le preguntó si estaba dispuesta a entregar su teléfono para que fuera peritado, dijo: “No estoy muy de acuerdo, pero estoy dispuesta pues confío en la Justicia”. Marcos Aldazabal, abogado de la vicepresidenta, le preguntó a Bohdziewicz si alguien le recomendó borrar el contenido de su teléfono y ella contestó: “No, yo me asesoré, pero lo decidí por voluntad propia. Mi miedo son los medios”. Relató que no recordaba cuando borró los mensajes, pero dijo que posiblemente fue el jueves pasado.
Las dos testigos coincidieron en sostener que no le conocían vínculos a Milman con Revolución Federal ni con ninguno de los acusados del atentado contra Cristina Kirchner, y que él jamás les dijo nada llamativo relacionado con el atentado.
Las declaraciones de las colaboradoras de Milman se extendieron durante toda la mañana. Las tomó el fiscal y participaron los abogados de Cristina Kirchner, Aldazabal y José Ubeira. Es la segunda vez que ellas declaran en esta causa. Fueron citadas, en esta oportunidad, a pedido de la querella de Cristina Kirchner.
La declaración de Abello, que motivó esta línea de investigación, respecto de que el 30 de agosto, dos días antes del atentado escuchó en el bar Casabanca, ubicado frente al Congreso, cómo desde otra mesa, el diputado Milman les decía a sus dos colaboradoras que cuando ocurriera la tentativa de homicidio iba a estar lejos, camino la Costa, dando a entender que sabía con antelación del ataque o que estaba ligado a él.
Rívolo quedó al frente de la investigación después de que la jueza María Eugenia Capuchetti se la delegara la semana pasada. Capuchetti no le había dado a esta línea de la investigación la importancia que, según reclamó la vicepresidenta, merecía. La semana pasada, la Cámara Federal rechazó el pedido de apartar a Capuchetti del expediente, pero le encomendó hacer lugar a una serie de medidas de prueba que proponía la querella.
Declaración desde Qatar
Como parte de la misma serie de medidas de prueba, el diputado Mario Leito declaró ayer como testigo en esta causa y dijo que no escuchó los supuestos dichos de Milman. Su declaración testimonial fue vía Zoom porque Leito, que también es presidente del Club Atlético Tucumán, está en Qatar por el Mundial.
Según reconstruyó LA NACION, Leito dijo que va a comer seguido al bar Casablanca, que es un lugar donde siempre hay mucha gente y muy frecuentado por diputados.
