“El caladero es duro, hay mala mar, pero sabemos hasta qué punto podemos llegar. No es el infierno en la tierra”. La misma semana que se hundió el Villa de Pitanxo, el pesquero de Marín que naufragó el pasado 15 de febrero en aguas frente a Terranova, el capitán del Playa Menduiña Dos, Ramón Porto, hablaba así en una entrevista concedida en exclusiva en FARO, del grupo Prensa Ibérica. El hombre que comandó el barco que pudo rescatar a los tres supervivientes, estaba todavía muy abatido por lo sucedido y criticaba mucho algunas de las informaciones que entonces apuntaban que el temporal había provocado el accidente. Sin embargo, había pasado varios días a bordo con los rescatados, Juan Padín, Eduardo Rial y Samuel Kwesi, y preguntado por qué pudo pasar, se limitó a decir lo siguiente: “[Al barco] Algo le pasó… Que lo diga el capitán, eso ahí no lo sé, eso tiene que quedar para la investigación, que ellos vean qué pudo ser”. Ayer, Porto y otros 12 tripulantes del Playa Menduiña Dos prestaron declaración ante la Audiencia Nacional. Todos ratificaron su versión inicial, asegurando que Padín “cambió de versión varias veces” y revelando que el capitán del buque siniestrado no activó la señal de emergencia, ya que a ellos tan solo les llegó la alerta de la radiobaliza.
El Playa Menduiña Dos, de la armadora Moradiña, se encontraba a unas 40 millas al sur del lugar del siniestro cuando les llegó la alerta. Encontró la balsa con los tres supervivientes y cuatro cadáveres, a los que se uniría uno más rescatado por un buque portugués. Porto decía entonces que “se respiraba un ambiente… muy serio” antes de desembarcarlos en Canadá.
Los tripulantes que ayer prestaron declaración reconocieron de nuevo que el clima a bordo hasta llegar al puerto de St. John’s era “muy malo” y que estaban muy incómodos. “Nunca vamos a olvidar lo que vimos”, aseguró uno de ellos.
“Nunca vamos a olvidar lo que vimos”, declaró uno de los tripulantes
También apuntaron que el patrón pidió un papel y un bolígrafo para tomar notas a bordo y “preparar su declaración” al llegar a tierra y que no lo vieron “estremecerse en ningún momento”. De hecho, están contentos con haber ido a la Audiencia, porque en todo este tiempo lo han pasado mal: “No queríamos olvidarnos de nada”.
Según explicó ante los medios el abogado de gran parte de los familiares afectados por esta tragedia, Manuel Lampón, “algunos de los tripulantes reconocieron que el capitán [Padín] había cambiado de versión varias veces”. “(Los testigos) han dicho que [Padín y Rial] advirtieron a Samuel y le dijeron que cuidado con lo que decía y hablaba. En una reunión previa se habrían dado indicaciones de lo que tenían que decir [los tres supervivientes]”, añadió el letrado.
Así, los tripulantes del buque de Moradiña respaldaron la versión de Kwesi. “El barco había embarrado, había escorado y lógicamente en esa maniobra empezó a entrar mucha agua de popa, lo que acabó provocando la parada del motor”, comentó Lampón en relación a lo declarado por los marineros, que también refrendaron lo que señaló Kwesi Koufie más tarde, “que nunca se llegaron a arriar los cables y que finalmente el buque se hundió”.
Parte de los testigos resaltaron también lo que dijo Porto en su día en la entrevista, que las condiciones climatológicas “no eran especialmente malas” cuando llegaron a la zona del naufragio. Lampón por su parte, recordó que los datos que manejan es que el buque tuvo que enfrentarse a fuertes aguaceros y a olas de entre 6 o 7 metros, a lo que se sumaba una visibilidad muy reducida y una mar muy gruesa.