Fue el mejor partido de la Argentina en este Mundial 2022. Por posesión de la pelota, por elaboración de situaciones de riesgo, por combinaciones y potencia ofensiva, pero también por presencia defensiva: Nicolás Otamendi fue la figura de la cancha, aunque es muy válido si se considera para esa apreciación a Alexis Mac Allister o Julián Álvarez. Es correcto destacarlo porque hace más valioso el triunfo ante Polonia por 2-0. Se vio el equipo campeón de la Copa América, el que defendía con tenacidad tanto en el bloque bajo como en campo rival, el que ganaba la mayoría de las pelotas divididas, el que generaba un contagio positivo porque cada compañero del equipo se imponía en su zona.
El único asterisco en el análisis es que difícilmente otro equipo le dé las facilidades que entregó Polonia: no sólo esperó en su campo reagrupado, casi sin contraatacar, sino que hasta dentro del área tampoco intervino para marcar, mostrando una sorpresiva pasividad. Y eso le dio ventajas al combinado celeste y blanco. No le quita méritos en lo que se vio este miércoles, pero lo pone en contexto.
Se viene Australia en los octavos de final y si bien, como dijo Scaloni en la conferencia de prensa posterior, ningún equipo es fácil (“No se olviden que perdimos con Arabia Saudita”, reflexionó correctamente el DT), si la Argentina juega como lo hizo ante Polonia, no debería tener dificultades para imponerse. Pero está claro que no todos los partidos son iguales. De todas formas, la mejor noticia para la selección fue el rendimiento colectivo, por encima del triunfo y la clasificación.
Nicolás Otamendi jugó un gran partido ante Polonia (Aníbal Greco/)
Y en torneos cortos como puede ser un Mundial, es clave que el técnico toque teclas que rápidamente le den resultados. Si se analiza de adelante para atrás, ante Polonia fueron las inclusiones como titulares de Enzo Fernández como volante central y Julián Álvarez como centrodelantero. Pero también ubicar a los dos laterales más ofensivos del plantel: por lo general Scaloni se la juega con las parejas “equilibradas” de Molina-Tagliafico y Montiel-Acuña. Pero con Polonia ubicó a los dos más ofensivos, para hacer ancho el equipo y explotar las triangulaciones por afuera.
Lo mejor del partido
Así llegó el 1-0 de Mac Allister, que tuvo una corrección. Durante el primer tiempo, la Argentina tuvo una posesión casi del 70%, pero no fue del todo claro en los metros finales y tiró centros aéreos cuando la diferencia de altura era notoria en favor de Polonia. El promedio de altura de los titulares del conjunto europeo fue de 1m86 (altísimo) y el de Scaloni de 1m78. Después de Szczesny (1m95), el más alto era el central Glik (1m90) y el más bajo de los once fue Frankowski (1m76), el único por debajo del 1m80. Después de Dibu Martínez (1m95), el más alto era Cuti Romero (1m85) y los más bajos, Messi y Julián Álvarez (1m70). Esas búsquedas altas las corrigió en la segunda etapa: ni un centro. Pero al principio a la fórmula “pases de Messi para las proyecciones de Acuña” le faltaba un pase. Porque los envíos altos no eran bien resueltos. El lateral de Sevilla tenía acciones para volver a meter la pelota al punto penal, pero las finalizaba él. El gol de Mac Allister fue con un centro atrás de Molina y rastrojero. Y ahí sí estuvo el tercer jugador. Di María fue el que habilitó a Molina. y el exBoca el que asistió a un volante que atacó el espacio llegando de atrás: Mac Allister.
La selección tuvo una posesión del 66% mientras estuvo 0-0 y la aumentó al 77% cuando pasó a ganar, según datos de Opta Stats Perform. Completó 12,2 pases por posesión (cadena de pases) en promedio en acciones elaboradas, el segundo más alto del Mundial después de los 12,9 de España ante Costa Rica. Eso habla de la paciencia que tuvo el equipo argentino para generar situaciones y que tuvo un dominio abrumador.
Lionel Scaloni da indicaciones en el partido entre Polonia y Argentina (Natacha Pisarenko/)
El recambio con feeling futbolístico es la mejor táctica de la selección. Y en eso el mayor mérito es de Scaloni. Porque juega el que está mejor: algún histórico puede perder temporalmente el puesto por un jugador con mejor actualidad, pero porque sus decisiones futbolísticas en cuanto a los esquemas y los intérpretes no está decidida de manera individual. El lateral derecho depende del izquierdo y de quién juegue por delante; también del adversario.
Enzo Fernández juega mejor suelto, como interior o doble 5, que de volante central fijo. Cuando ingresó Paredes y el volante de Benfica asumió más libertades, llegó la combinación made in River de Gallardo: pase filtrado del mediocampista y definición al ángulo del atacante. La mutación del dibujo táctico también aparece de manera normal. Frente a Polonia, la selección arrancó jugando 4-3-3, luego pasó al 4-4-2 (cuando ingresó Paredes por Di María) y terminó 3-4-2-1 (cuando Pezzella ingresó por Enzo Fernández).
Enzo Fernández se destacó más cuando ingresó Paredes y él jugó más suelto, que como volante central más fijo (Aníbal Greco/)
Tras el triunfo ante México el interrogante era ¿cuántos “titulares intocables” le quedaban a Scaloni? en función de las modificaciones de un partido a otro e incluso durante un mismo partido. No hay que olvidarse que ante Arabia Saudita fueron reemplazados Cuti Romero y Paredes, con el alta médica pero sin ritmo de competencia. Apenas mantenían el estándar Dibu Martínez, Otamendi, De Paul y Di María… Pocos comparados con el “equipo de memoria” que tenía el DT antes de la lesión de Lo Celso. Por eso la lectura de Scaloni de cuándo involucrar a los Mac Allister, los Enzo Fernández, los Julián Álvarez es muy importante para que logren asociarse en la estructura con velocidad luz.
Scaloni puso tres volantes centrales distintos para cada encuentro: Paredes (Arabia Saudita), Guido Rodríguez (México) y Enzo Fernández (Polonia). Por más que Cuti volvió a ser titular este miércoles y Paredes también regresó para sumar minutos, saben que lo que los mantiene en el equipo es el rendimiento, no el título conseguido en la Copa América 2021. Ejemplos de peso que empuja la competencia (y los niveles) para arriba.
El festejo del grupo tras el éxito ante Polonia (Aníbal Greco/)