Cuando en julio de 2019 Steve Ballmer lograba juntar en el mismo equipo a dos estrellas como Kawhi Leonard y Paul George, ambos nacidos y criados en Los Ángeles, pocos podían pensar que una apuesta tan firme encontrara tantos obstáculos.
Dos contratos alineados hasta 2021 que convertían al equipo en un claro aspirante al anillo durante las próximas temporadas. Kawhi Leonard adquiría ese rol de líder que merecía a sus 27 años, con el timón de un equipo candidato a todo y con escudero de lujo.
Porque Paul George siempre fue claro: “Todo el mundo dice que estamos a la par, pero quiero decir públicamente que yo soy el número dos y Kawhi es el uno. Ese debate lo corto de raíz, no hay ego”.
Primera temporada de gran rendimiento, equipo en lo más alto del Oeste y promedios para Leonard de 27,1 puntos y 7,1 rebotes por partido, los más altos de su carrera. Pero su andadura con los Clippers no sería un camino de rosas y ese mismo curso comenzaron los problemas.
LA PANDEMIA COMO INICIO DEL ‘VÍA CRUCIS’
El 10 de marzo de 2020 la NBA paraba la competición por la alerta de un positivo por coronavirus. Los Clippers, que funcionaban como un reloj, se encerraban en casa con balance de 44-20.
Cuatro meses en los que el ‘parque de atracciones’ de los Clippers estuvo parado, sin disfrutar de una de las parejas más atractivas de la liga.
La burbuja de Orlando no benefició a unos Clippers que sufrieron para dejar fuera a Dallas y vieron cómo Denver remontaba un 3-1 que les bajaba de las finales de Conferencia.
El californiano siempre se mostró en contra de aquella reanudación y fue crítico después con la celebración del All Star en Atlanta: “Todos sabemos por qué estamos jugándolo. Ahora mismo se está priorizando el dinero sobre la salud”.
La pandemia no sería nada con lo que aún debía afrontar. El 14 de junio de 2021, en un Staples Center sin público, notaba un crujido en su rodilla derecha al encarar a Joe Ingles.
Rotura del ligamento cruzado de la rodilla derecha, quirófano y una estimación de seis meses de baja. Los Clippers contaban los días hasta Navidad sin saber que el ‘vía crucis’ de su estrella sólo comenzaba.
Se alargaron los plazos, hasta llegar a ser ‘indefinido’, para terminar la 2021/2022 en blanco. En algún momento se insinuó un posible regreso para el tramo final, pero la evolución de la lesión no fue la esperada y comenzaba a ser un misterio.
CONFIANZA PLENA DE LOS CLIPPERS
Los Clippers, pese a las lesiones, ampliaron ambos contratos, de nuevo alineados. Primero Paul George y después, en agosto de 2021, Kawhi Leonard. Anulaban su opción de agencia libre y firmaban hasta 2025 con consecuencias inmediatas: ya eran la segunda plantilla más cara en salarios de la NBA (192 millones de dólares anuales).
Una inversión que no corresponde al rendimiento. Leonard se ha perdido el 53% de los partidos de su equipo, por el 35% de ausencia de Paul George. Pero la ilusión de Ballmer es verles estrenando pabellón, el Intuit Dome, en 2024 en Inglewood.
Los números apoyan esta idea, de los 132 partidos jugados por Leonard, ganaron noventa. Es el hombre con mayor influencia en triunfos. El 68% de sus partidos caen del lado de los Clippers.
REGRESO CON MUCHA PRECAUCIÓN
El día de medios del pasado mes de septiembre ofrecía una imagen casi inédita en los últimos cuatro años, Kawhi Leonard y Paul George juntos y de corto. Era una sesión de fotos, pero el regreso estaba más cerca.
Jugaron en pretemporada, con precaución y administrando minutos. Tanto en el debut ante los Lakers como en el segundo partido ante Phoenix, Leonard fue suplente, promediando veinte minutos.
Todo apuntaba a que regresaría poco a poco, pero hubo un nuevo parón de doce partidos sin vestirse de corto. Volviendo ante Detroit, San Antonio y Utah, pero con tres encuentros más sin participar.
En total, Leonard ha disputado esta temporada cinco partidos de veintiuno. Y bajo una circunstancia: sólo juega en casa, en el Staples Center.
No se quiere arriesgar, cada molestia o incomodidad detiene por completo el plan de regreso. Oficialmente, los Clippers manifiestan que ni el caso de Leonard ni el de George se consideran ‘bajas de larga duración’.
Pero existe una intención evidente por mantenerles aislados, principalmente a Leonard. El propio Tyronn Lue quita presión a su regreso: “Realmente no hay plazos con Kawhi para saber cuándo estará de vuelta”.
El hermetismo es absoluto en la franquicia, tratando de proteger al jugador de cualquier estrés por verle en cancha, alimentando aún más la incógnita de no saber cuándo podrá volver de manera regular.