Camerún y Serbia empatan y sacan la calculadora

Calculadora en mano y muy pendientes del Brasil-Suiza, Camerún y Serbia mantienen vivas sus esperanzas de meterse en las eliminatorias. El duelo fue un vaivén, un tiovivo emocional que se saldó con un 3-3 divertidísimo para el espectador neutral. Los balcánicos remontaron el 1-0 de Castelletto en quince minutos gloriosos y colocaron el 1-3 nada más arrancar el segundo tiempo. Quemando todas las naves, la entrada de Aboubakar refrescó a los ‘leones indomables’ hasta establecer el empate definitivo.

Los resbalones inaugurales no daban mucho margen de octavos, y africanos y balcánicos salieron convencidos y concentrados. Serbia advirtió primero con un remate de Mitrovic que escupió la madera, mientras que el orensano de nacimiento Vanja Milinkovic-Savic metía los puños para despejar un ‘zurriagazo’ de Kunde. La anarquía de los ‘leones indomables’ trataba de explotar la velocidad de sus delanteros y las carencias de los centrales serbios, tres armarios roperos.

El 1-0, sin embargo, llegaría desde el orden que dicta la pizarra. Córner prolongado al segundo palo por N’Koulou y Castelletto, incomprensiblemente solo, adaptó su bota derecha con rostro de felicidad. Pudo sentenciar el excolchonero, cedido a Extremadura y Granada, Pierre Kunde en un mano a mano con Vanja. El portero achicó la meta y negó el segundo a Camerún.

El duelo atufaba a descanso cuando Serbia decidió aparecer. Pavlovic cabeceó académicamente una falta ejecutada por la zurda de Tadic para el equilibrio. Y rondando los seis minutos de alargue, Milinkovic-Savic ridiculizó la estirada de Epassy para el 1-2.

El doble crochet dejó a Camerún tambaleándose y Mitrovic los acomodó en la lona. Tuya-mía delicioso, de fundamentos baloncestísticos, y el delantero del Fulham, que había originado la ofensiva, remató la faena. 

Incomprensiblemente la competitividad balcánica se difuminó con la lesión de Pavlovic y el movimiento táctico y a la desesperada de Rigobert Song: Aboubakar, al césped. El ex del Oporto, actualmente en el Al Nassr saudí, revolucionó el partido y en un santiamén lo dejó de nuevo en tablas con sendos desmarques de ruptura en profundidad. En el 2-3 definió con una cuchara que el VAR ratificó. E instantes después, calcó la carrera para ceder a Choupo-Moting el honor del empate. 

Con los guarismos equilibrados, Camerún explotó su potencia física ante una Serbia mermada y sin fuerzas y que acabó reclamando al colegiado la hora.

 

Generated by Feedzy