Abdulhafiz Maimaitimin, un uigur oriundo de Xinjiang, llora la muerte de cinco familiares en el mortífero incendio de un edificio que desató una ola de protestas contra los confinamientos en China. Este hombre de 27 años que reside en Suiza teme que el gobierno chino reprima a los manifestantes y a la minoría musulmana.
Diez personas murieron y nueve resultaron heridas la noche del jueves en el incendio en un edificio residencial en la capital regional de Urumqi, y muchos atribuyeron ese trágico balance a las dificultades en el rescate causadas por el riguroso confinamiento sanitario.
La tragedia generó un estallido de furia en Urumqi y desató una ola de protestas y vigilias en varias ciudades a lo largo de China.
Gran parte de Xinjiang ha estado confinada durante tres meses ante un repunte en los contagios de covid-19.
Maimaitimin quedó impactado cuando supo por un amigo de la muerte de su tía de 48 años, Haiernishahan Abdureheman, y cuatro de sus hijos de 4 a 13 años.
“Me temblaban los brazos y piernas y me sentí mareado, quería vomitar. No lo entendía”, declaró Maimaitimin a la AFP desde su domicilio en Zúrich.
Perdió contacto con su tía en mayo de 2017, cuando Xinjiang enfrentaba severos controles de seguridad en los que un millón de uigures habrían sido detenidos arbitrariamente en cárceles y campos de internamiento, algunos solo por hablar con familiares en el exterior.
“Ella era una ama de casa, toda su vida estaba dedicada a cuidar a sus hijos y educarlos bien”, comentó entre lágrimas.
“Ahora me siento pésimo, no lo puedo asimilar”, admitió.
– incendio –
Mensajes en redes sociales chinas e internacionales han señalado que los prolongados confinamientos por el covid-19 en Urumqi dificultaron las tareas de rescate.
Videos en redes sociales mostraron cómo el agua lanzada por la manguera de un camión de bomberos apenas llegaba a una ventana en llamas, mientras en otro video se escuchaban los gritos de pobladores atrapados en el inmueble.
Medios estatales indicaron que el incendio tardó tres horas en ser apagado.
Las autoridades locales afirmaron luego que el edificio estaba en una zona de bajo riesgo sanitario y que sus residentes podían salir libremente de sus casas, aunque admitieron que había coches y balizas bloqueando el acceso del camión de bomberos.
Sin embargo, algunos testigos y usuarios de redes sociales dijeron posteriormente que las puertas del edificio estaban cerradas con llave.
En la toma de pantalla de un grupo de chat de residentes, Maimaitimin identificó a un primo suyo que imploraba a los vecinos que rescataran a su madre y hermanos.
“No logro contactar a la gente del 1901 y desconozco su situación, no pueden abrir la puerta. ¿Alguien puede forzar la puerta? Hay niños adentro”, dice el texto escrito por su primo, hijo de la tía muerta, quien no se encontraba en Urumqi en el momento.
Maimaitimin cree que la familia no fue rescatada a tiempo porque son uigures y viven en un barrio de mayoría uigur.
Las autoridades chinas no revelaron aún la identidad de las personas fallecidas en el incendio y en las redes sociales se especula que el número de muertos sería superior al anunciado.
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