DOHA (Enviado especial).- La desesperación de Lionel Scaloni fue casi permanente en ese primer tiempo. Lo tenía cerca a Montiel, así que lo utilizaba de mensajero para todo el equipo. Y, cuando bajaba para defender, también lo abordaba a Ángel Di María. Le gritaba como si estuviera lejos, y gesticulaba como si su futbolista tuviera que verlo del otro lado de la cancha, aunque lo tenía ahí, a un par de metros. En esas señas, claramente, le marcaba con el brazo extendido que fuera hacía adelante, que tuviera más profundidad en lo que hacía. Exactamente eso fue lo que intentó… pero en el segundo tiempo. Jugó de wing. Encaró, gambeteó, llegó hasta el fondo tres o cuatro veces en 20 minutos.
Es difícil decir que su presencia fue determinante, sería exagerado. Pero fue un buen síntoma. Las acciones ofensivas de Di María fueron las que empezaron a mostrar que México era permeable. Esas cosas se perciben en un equipo. Fue parte del envión anímico que, más tarde, iba a completar Lionel Messi con un largo remate para el desahogo generalizado.
Esa fue una de las palabras que usó para definir el segundo partido argentino por el Grupo C de este Mundial de Qatar 2022, en el estadio Lusail. “Desahogo, algo de alivio. Alegría. Todo eso es lo que estamos sintiendo”, afirma Di María, que ahora sonríe con ganas.
Enseguida se mete en el análisis de estos turbulentos días en Doha y en lo difícil que fue la concentración en la Universidad de Qatar. “Veníamos haciendo las cosas muy bien y por un partido se embarró todo –reconoció-. Se había trabajado muy bien, pero no se dio como lo esperábamos. Lo importante es que siempre dependía de nosotros y hoy pudimos sacarlo”.
-Esta vez, pese a la derrota había buen ambiente desde afuera.
-La gente la verdad es que es increíble. Vimos los banderazos que están haciendo. Incluso después del partido perdido parecía que habíamos ganado. Los mensajes que nos mandaron. Todo. Sólo tenemos palabras de agradecimiento por el apoyo en estos días, hoy. Queremos seguir por este camino.
Durante la segunda mitad con México se vio lo mejor de Ángel Di María, encarador y profundo por la derecha de la cancha (Aníbal Greco/)
-Otra vez el estadio te ovacionó cuando saliste.
-Para mí significa todo. En 14 años vistiendo la camiseta de la selección, siempre esperé este reconocimiento. Estoy agradecido.
-Hubo un partido muy distinto en el segundo tiempo, respecto del primero. ¿Qué pasó?
-Lo planeamos así. Sabíamos que en los primeros 45 iban ellos iban a hacerlo muy complicado. Porque a México les servía el empate también. En el último partido tienen que jugar contra Arabia Saudita. Si empataban con nosotros, con una victoria en la última fecha estaban dentro. En el segundo tiempo, cuando ellos estaban un poco más cansados, podíamos aprovechar los espacios y fue así como se dio. Nosotros sabíamos que no iba a ser fácil y que no lo era un partido para ganarlo por muchos goles. Pero fueron dos, se dio dio y es espectacular.
-Fue una asistencia tu pase a Messi.
-¡Nooo! Le tiré una caca (sic)… Pero bueno él siempre soluciona todo. Siempre.
El sufrimiento de Lionel Messi y de Ángel Di María tras perder con Arabia Saudita: el partido que lo embarró todo (ANTONIN THUILLIER/)
-Bueno, por lo menos le llegó la pelota.
-Lo importante es eso, que la pelota le llegó. Unos minutos antes hablamos sobre lo que estaba pasando con ellos. Me dijo: “Dámela por el medio que se están metiendo adentro”. Los espacios atrás estaban apareciendo y él lo vio. Cuando tuvimos la oportunidad, se la di. Hizo un terrible gol.
-Festejaron como si fuera más que un triunfo.
-Por lo que dije antes, porque estaba todo embarrado. Lo habíamos planeado muy bien el partido con Arabia Saudita. No se dio. Trabajamos para sacar esta victoria que se merecía la gente. Al fin le pudimos dar una alegría a la gente, a nosotros mismos y a nuestras familias.
-¿Los salvó Messi?
-Ya no tengo palabras. Juego con el mejor del mundo. Tuve la posibilidad de hacerlo en un club y llevo 14 años en la selección. Es un privilegio. Es todo.