El destino de Mónica Jouvet –hija de los recordados artistas Nelly Beltrán y Maurice Jouvet- parecía señalado aquel trágico 8 de abril de 1981. En el entreacto de la obra Hay que salvar a los delfines, que protagonizaba junto a nada menos que Analía Gadé en el teatro Blanca Podestá, Tito Rivié, reconocido hombre de prensa, vio la función y decidió invitar a Mónica a tomar un café. “Pablo me está esperando con un pollo al horno y tengo mucho que estudiar para la tele. Estoy muy cansada, me voy para casa, otro día, ¿sí?”.
Supo hacerse querer por el cariño que irradiaba y brindaba. Por eso la mimaban todos, como Ricardo, el boletero del teatro, que cuando Moni se retiró, le buscó un taxi, como todas las noches. Parece que como el chofer era muy joven, la actriz lo dejó pasar. “A ver si se me tira un lance”, bromeó. Llegó otro auto e increíblemente también prefirió evitarlo, y casi de inmediato señaló un tercero: “Aquél que viene allá”.
Mónica Jouvet terminó su función de teatro y se tomó un taxi: esa noche se accidentó y marcó su triste camino final
Habían pasado algunos minutos de la medianoche cuando subió. A las 0.15 horas, en la intersección de Junín y avenida Córdoba, un colectivo de la línea 109 los embistió. El chofer, con golpes varios, fue llevado al Hospital Fernández. Pero ella no recibió auxilio hasta que un patrullero la trasladó al Hospital de Clínicas con serios trastornos: grave traumatismo de cráneo, fracturas de costillas, el brazo herido, y lo más preocupante, con pérdida del conocimiento. Por la tragedia fueron detenidos el taxista, Claudio Soriano, y el colectivero, Héctor Sequeira.
A la actriz le practicaron las cirugías necesarias, la trasladaron al Hospital Italiano para una tomografía y más tarde regresó a terapia intensiva. “Coma 4, estado estacionario”, decían los partes médicos. Su marido, el actor Pablo Alarcón, no se movía de allí; su gran amiga María Valenzuela, tampoco. Así, con todos estos detalles lo refleja en un informe completo que dio lugar a un video del usuario Antonio J. en YouTube, bajo el título Momentos trágicos: la muerte de Mónica Jouvet.
El parte de las 18.45 horas del domingo siguiente brindado por las autoridades del Hospital de Clínicas General San Martín reflejaba: “La paciente presenta desmejoría a raíz de la grave situación y complicaciones que se registran en el proceso respiratorio”. El 15 de abril cumplió sus 26 años cuando estaba en terapia intensiva peleando por su vida.
Tras once días de agonía el desenlace fatal ocurrió el domingo 18 de Pascuas, pasadas las nueve de la noche. Las gravísimas heridas padecidas en el cerebro más la afección pulmonar fueron determinantes. Mónica hizo dos paros cardíacos y murió.
De modelo a actriz consagrada
Mónica se inspiró en sus consagrados padres para llegar a ser actriz. Debutó junto a Maurice Jouvet, su papá, en un programa infantil de Canal 7 donde le entregaba a Pinocho un corazón. Estudió para modelo y también dibujo publicitario. Cuando empezó la secundaria participó del ciclo Tinglado de la risa. Creció como profesional y su carrera como actriz continuó en Alta Comedia y Teatro como en el teatro.
Mónica Jouvet junto a Pablo Alarcón, su gran amor
El cine le dio su primer protagónico junto a Adrián Ghio -otro que padeció una muerte trágica cuando viajaba en un taxi- en Yo gané al PRODE, ¿y usted? Luego llegaron El picnic de los Campanelli, El profesor tirabombas, Sentimental y Las locuras del profesor con Carlitos Balá.
En teatro brilló en El día que secuestraron al papa, El miedo es masculino, Drácula y Hay que salvar a los delfines, donde protagonizó su última actuación antes de morir. Su amigo Claudio Pistarini le rinde homenaje en forma permanente en la página de Facebook que creó en su homenaje, donde aparece la foto de Mónica del programa de dicha obra y tantas más.
Con el actor Pablo Alarcón se había casado el 11 de julio de 1975; viajaron a Italia de luna de miel. Mónica impactó por su profesionalismo y belleza y terminó trabajando para la RAI y con Fred Bongusto.
En 1981, además de protagonizar Hay que salvar a los delfines, hacía dupla con Carlos Olivieri en la novela Un latido distinto, y por esas cosas que tiene el destino Mónica grabó días antes de morir una escena en la que María Aurelia Bisutti tenía un accidente, y ella dialogaba con Raúl Filippi.
El guion establecía que Mónica hiciera la siguiente reflexión ante su colega: “Los choferes de ómnibus siempre manejan bien… hasta que se les cruza alguna loca en en el camino”.
Otro accidente que marcó su vida
El domingo 5 de marzo de 1972 regresaba a Capital Federal luego de trabajar en La Plata en el Peugeot 504 que conducía el cantante Donald, junto a Roi Escudero, la modelo Allaa Oyhanella, Manolo Míguez, integrante de Tip Top y el sonidista Luis Eduardo Caamacho. En la zona conocida como El Triángulo de Wilde un camión los encandiló y terminaron contra un paredón. Mónica sufrió la fractura de uno de sus brazos y contusiones. Fue internada en el sanatorio Pequeña Compañía en Palermo luego de que la atendieran en el Hospital de Wilde. Los demás ocupantes también padecieron quebraduras y traumatismos. Donald, con luxación de cadera, contó que creyó que “se mataban” y que oyó a la actriz rezar el Padrenuestro.
La conmovedora despedida de sus pares
Gran cantidad de colegas acompañaron el cortejo el 20 de abril rumbo al Panteón de artistas en el Cementerio de la Chacarita: Ana María Campoy, Pepe Cibrián, Ignacio Quiróz, Edith Boado, Silvia Legrand, Beba Bidart, Dora Prince, Thelma Stefani, María Aurelia Bisutti, Alejandro Doria, Analía Gadé, Duilio Marzio, Ana María Picchio, Leonor Benedetto, Elsa Daniel, Dorys del Valle, Nora Cárpena, Malvina Pastorino, Sandra Sandrini, Mario Sapag, Jorge Barreiro, China Zorrilla, Luis Brandoni, Tristán, Guillermo Bredeston, Juan Carlos Mendizábal, Santiago Bal, Thelma del Río, Donna Caroll, Mónica Vehil, Virginia Faiad, Juan Carlos Altavista…
Sus padres, Nelly Beltrán y Maurice Jouvet siempre abrazados. Pablo Alarcón, su marido, repetía entre sollozos: “Su sueño era tener un hijo, lo habíamos decidido, iba a hacer un tratamiento para quedar embarazada. La sigo llorando cada vez que veo algo de ella…”.
Mónica Jouvet y un adiós rodeado de amigos, familiares y su público querido