Bajo el lema “Escuchar con un oído atento y un corazón abierto al que sufre”, la Pastoral de la Salud, una agrupación perteneciente a la Diócesis de San Isidro, hace 25 años brinda un servicio llamado Teléfono de la Esperanza. La organización de voluntarios formados especialmente para la escucha de distintas personas con diferentes profesiones y realidades atiende las 24 horas del día al 4743-0050 a quienes requieran asistencia emocional en momentos críticos de la vida.
Con motivo del aniversario de su puesta en funcionamiento, la entidad convocó a la ciudadanía a participar a una misa que fue celebrada en la Catedral de San Isidro.
“Es el lema con el que fue fundado en 1997. Actualmente somos un equipo de 23 voluntarios que atendemos humana y espiritualmente a personas que lo necesiten. Esta tarea nos llena el alma, es un misterio muy grande poder hablar con un desconocido entablando un vínculo fraterno que a veces dura sólo unos minutos, pero que muchas veces se continúa en el tiempo. En una época en la que la imagen es todo, nuestra relación de ayuda con el que llama es solamente a través de la voz. Aprendemos a leer los tonos, el volumen, el vocabulario, los silencios y el llanto”, sostuvieron los representantes de la agrupación en la celebración de su aniversario número 25.
Y agregaron: ”Hay “amigos” que nos llaman hace más de quince años, nos preguntan cómo estamos nosotros y nos saludan para Navidad. Muchos nos dicen que desde que descubrieron el Teléfono su vida cambió porque se sienten queridos por alguien. Nos confirma lo importante que es para el otro sentirse aceptado en su persona, en un mundo en el que muchas veces reina la indiferencia. Los llamados que recibimos son muy variados por lo que nos exigen estar en constante formación, contando con reuniones para apoyarnos mutuamente, conversar sobre las necesidades de cada uno de nosotros y de las personas que llaman a fin de ayudarlas de la mejor manera posible”.
De acuerdo a sus representantes sus herramientas de trabajo son la empatía, la autenticidad y la aceptación del otro sin realizar juicios de valor sobre las personas que llaman a la línea.
“Hay personas que llaman para pedir oración o para que recemos con ellos en el teléfono. Otras personas nos trasmiten sus ideas de suicidio, personas con trastornos psiquiátricos, personas depresivas, en crisis vitales, también exponen temas de violencia familiar, adicciones, sectas, criminalidad, y todo tipo de problemáticas humanas. Hay también pedidos de sacerdotes para administrar la unción de los enfermos, de manera que tratamos de contactar al sacerdote correspondiente al domicilio o al centro médico en donde está internado el enfermo. El factor común de los llamados es la soledad, aun cuando muchos tienen familia, prefieren confiar sus preocupaciones a alguien anónimo, que lo escucha sin condiciones”, sostuvieron.
La entidad remarcó que durante la pandemia se hizo más visible la necesidad por las dificultades de muchas personas de transitar el aislamiento en soledad. “Las mismas personas llamaban varias veces al día a fin de no perder la esperanza de poder superar la situación. Los sentimientos de miedo, de tristeza y de enojo fueron parte de casi todos los llamados. Y lo que más nos agradecían era saber que estábamos para ellos y transmitirles que nos interesa escucharlos”, dijeron.
“Invitamos a todos a difundir nuestros teléfonos a fin de que más personas puedan llamarnos si lo necesitan. También invitamos a personas que se sientan llamadas a esta tarea a que se comuniquen con nosotros para ofrecerse como voluntarios, a los que brindamos formación y entrenamiento”. La línea atiende 24 horas al teléfono fijo 4743-0050 y el celular 11-5036-6579. En las redes sociales se lo encuentra en Facebook en “telefonodelaesperanza” y también tiene una casilla de correo electrónico [email protected] donde reciben consultas.