La tensa disputa por la sucesión de Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad quedó enredada en un laberinto de guiños, pases de factura y rencores. Después de que el aval de Mauricio Macri y Patricia Bullrich a la postulación de Jorge Macri hiciera crujir al Pro, Larreta busca exhibir gestos nítidos de liderazgo para disipar el fantasma de una crisis de autoridad frente al abierto desafío que le planteó su ministro de Gobierno y primo del expresidente. Hoy invitó a su aliado Martín Lousteau, aspirante a jefe porteño que impulsa la UCR, a participar de la reunión de Gabinete ampliado de la Ciudad. Y mañana subirá al ring electoral a Fernán Quirós.
Mientras Macri se muestra en los palcos de los lujosos estadios de Qatar, en donde disfruta los partidos del Mundial, el senador y líder de Evolución Radical participó de un encuentro reservado entre Larreta, sus ministros y los principales referentes de Juntos por el Cambio en la Legislatura porteña.
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Si bien se trata de una práctica habitual de la Ciudad -el larretismo suele convocar cada quince días a referentes nacionales de JxC, como Macri, María Eugenia Vidal, Hernán Lacunza o Ricardo López Murphy-, Lousteau estuvo en una reunión de gabinete porteño por primera vez desde que explicitó su deseo de competir por la sucesión de Larreta en 2023, una carrera que desata fuertes tensiones en Pro.
Esa saga ya tiene ribetes curiosos. Por caso, el radical expuso hoy durante dos horas ante tres potenciales competidores: Jorge Macri, quien se sentó al lado del economista e hizo acotaciones durante la cumbre en Uspallata; Soledad Acuña, ministra de Educación y una de las colaboradoras de mayor confianza de Larreta, que ya recibió el visto bueno de Macri para competir; y Quirós, a quien el larretismo empuja a entrar en la competencia sin garantías concretas de si será o no el elegido del alcalde.
Es más, el jefe porteño apuró el prelanzamiento de su ministro de Salud después de que lograra desactivar el conflicto salarial con los médicos y residentes. Este jueves, Larreta y Quirós se mostrarán juntos en una inauguración de un Centro de Salud y Acción Comunitaria (Cesac) en Villa Luro. Allí le preguntarán al funcionario si desea competir o no por la Ciudad. Quirós, quien ya dijo que está dispuesto a aportar al proyecto presidencial de Larreta desde el lugar que le toque, dirá que comenzará a preparase para ser candidato. Será un poco menos ambiguo que durante el fin de semana, cuando en pleno prime time televisivo dijo que aún no había descubierto qué podía aportar para lanzarse a la carrera porteña.
Por estas horas, los colaboradores de Larreta evaluaban la conveniencia de sacar a la cancha a Quirós, cuando la opinión pública está enfocada en el Mundial. Además, se especulaba en Uspallata con un inminente fallo de la Corte Suprema en la causa por la quita de fondos de coparticipación. En el medio estaba la actitud de Quirós, quien dudaba de apurar los tiempos en medio del tembladeral que atraviesa su área luego de la pandemia.
La foto podría agitar el tablero de Pro y tensar la lucha de poder entre Larreta y Macri. Es que el expresidente, quien ya bendijo a su primo, Jorge, no ve con buenos ojos la postulación de Quirós. No lo considera un dirigente puro del macrismo y duda de sus pergaminos para gestionar. Además, es crítico del manejo de Larreta con su sucesión. Considera, dicen quienes lo frecuentan, que el jefe porteño debería haber preparado un dirigente para ese puesto durante los últimos años. Lo interpreta como una señal de falta de liderazgo de Larreta. Para Macri, esa actitud ambigua es “imperdonable”.
Con la mira en su proyecto presidencial, Larreta ensaya un doble juego en la batalla interna por su sucesión. Por un lado, promete reglas claras de competencia a todos los dirigentes de JxC que tengan aspiraciones y repite que el postulante saldrá de la interna en las PASO. Pero no explicita si estará dispuesto a ungir o no a uno de los candidatos de la fuerza, como hizo Macri con él en la contienda con Gabriela Michetti en 2015. Repite que su “corazoncito” estará con el aspirante de Pro, pero no le cierra la puerta a un acuerdo con Lousteau. Esa neutralidad inquieta a Macri, a su primo Jorge, y a Bullrich, quienes desconfían de que Larreta facilite un triunfo del senador radical en la Ciudad con tal de fortalecer su plan nacional en 2023. “No va a vetar a nadie. Quien quiera ponerse el traje, que se lo ponga”, aseguran cerca de Larreta.
Larreta y lousteau encabezaron un “Locro patriotico” en Parque Norte (Evolución /)
En medio de la ebullición de proyectos personales en JxC, Lousteau hizo un análisis ante Larreta y su equipo de gobierno del trance que atraviesa el conglomerado opositor desde 2019. Fue después de que evaluara la coyuntura política y económica. Habituado a exponer, el líder de Evolución Radical acaparó la atención de los concurrentes con una serie de premisas: insistió en que JxC debe poner un mayor énfasis en el “cauce” político, es decir, la base de acuerdos que sustentará las reformas, que en el programa económico. Remarcó que la coalición opositora necesita ampliarse, impulsar a dirigentes con volumen político y construir una mayor representatividad para garantizar una buena “gestión pública”. E hizo hincapié en que, en caso de ganar las próximas elecciones, JxC debe armar equipos complementarios con representantes de cada partido en los que se respeten los matices, tradiciones y miradas.
Durante su ponencia, Lousteau, socio de Daniel Angelici en la Ciudad, hizo autocrítica sobre la gestión de Cambiemos. Dijo que Macri no convocó formalmente al radicalismo a ser parte del gobierno en 2015, pero aclaró que ese no era necesariamente un error de Macri, sino también un déficit de la UCR. Tanto Larreta como Lousteau coinciden en que JxC debe tener un gobierno de coalición en 2023 en caso de que logre regresar al poder.
Respecto del rol de Macri, el senador radical remarcó que, si JxC logra construir un gobierno exitoso en 2023, el expresidente podrá quedar en la historia como el gran protagonista de un momento bisagra: el que logró dar el puntapié inicial y abrió el camino para el cambio del sistema político. Para Lousteau, Macri debe conformarse con ese legado: marcar el punto de partida del fin del populismo. Es decir, no debería intentar volver a competir por la presidencia y dar lugar a la nueva generación de dirigentes. Un mensaje que genera urticaria entre los macristas paladar negro.
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A su turno, Larreta reiteró su intención de ensanchar a JxC y buscar consensos para sostener un programa económico a largo plazo. Coincidió con Lousteau en la necesidad de respetar la diversidad en el conglomerado opositor y en impulsar a los “mejores” cuadros técnicos pero valorando la dimensión política. Otra señal de su buena sintonía con el radical.
Al tiempo que llamó a valorar los matices en JxC, Lousteau también destacó que el espacio debe fijar reglas de juego para la competencia interna. Y reiteró que las PASO potencian a la coalición opositora. Sentado a su lado, Jorge Macri lo escuchaba.
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