DOHA (AP) — La imagen del técnico de Argentina Lionel Scaloni, con el rostro adusto y pensativo el día después de un inesperado traspié en el debut del Mundial es un fiel reflejo del estado de un equipo que llegó como favorito a Qatar y quedó en la cornisa en cuestión de 90 minutos.
Dos veces campeón del mundo, Argentina sufrió una de sus peores derrotas al caer 2-1 el martes ante Arabia Saudí, el primer equipo de la confederación asiática que vence al seleccionado sudamericano en este escenario.
En un escenario inimaginado, Argentina corre riesgo de despedirse pronto de la Copa del Mundo si pierde ante México el próximo sábado en el estadio Lusail, mismo escenario del fallido debut.
Scaloni, en su primera experiencia mundialista, enfrenta ahora el desafío de levantarle el ánimo a sus dirigidos, poco acostumbrados a la derrota tras hilvanar una racha de 36 partidos invictos. Y por el otro, recuperar los poderes que llevaron al equipo a ganar la Copa América en 2021, el primer título en 28 años, y ser considerado por los rivales como uno de los favoritos en Qatar.
Intensidad, presión, orden defensivo y poder de fuego son atributos que estuvieron ausentes ante los saudíes, en gran medida porque muchos de los habituales soldados de Scaloni no llegaron en buena forma al debut.
“No queda otra que levantarse y seguir adelante”, apuntó el entrenador tras el fallido estreno. “Seguimos pensando de la misma manera. Antes del partido nos daban como favoritos, pero en un Mundial pueden pasar estas cosas. Hay que trabajar en los aspectos que no salieron bien”.
En sólo tres días, el técnico tiene que definir si respeta la titularidad de los derrotados, entre ellos varios de los que ganaron la histórica final continental ante Brasil en el estadio Maracaná, o barajar de nuevo. Las dos opciones conllevan su riesgo.
Al menos cinco habituales titulares quedaron en la mira por bajo rendimiento.
—El zaguero Cristian Romero, apuntado por el gol del empate de los saudíes en el arranque del complemento.
—Los laterales Nahuel Molina y Nicolás Tagliafico por su poco aporte en ataque ante un rival que sistemáticamente apelaba al adelantamiento de su última línea para dejar en posición adelantada a los atacantes argentinos.
—Los mediocampistas Rodrigo De Paul y Leandro Paredes, quienes marcan el pulso del equipo. El primero por su intensidad y el segundo por la calidad de sus pases. Ninguno cumplió con la tarea.
Romero, que venía de una larga inactividad por lesión, sería reemplazado por Lisandro Martínez, unas de las figuras del Manchester United, mismo cambio que introdujo el entrenador durante el partido.
Gonzalo Montiel por Molina y Marcos Acuña en lugar de Tagliafico serían las variantes en los laterales.
Mientras el bajo rendimiento de De Paul es futbolístico, Paredes venía con poco ritmo de juego por un desgarro que sufrió en octubre y dio la sensación que el partido le pesó físicamente. Guido Rodríguez es su habitual reemplazante, pero Scaloni se inclinaría por Enzo Fernández, quien ingresó por Paredes antes los saudíes.
Otra variante en carpeta es la salida de Alejandro Gómez, de partido irregular, por Alexis Mac Allister.
En ofensiva, el capitán Lionel Messi y Lautaro Martínez son fija. Está por verse si Scaloni confirma al veterano Ángel Di María, otro que llegó al Mundial con poca competencia por una lesión muscular. Podría incluir al joven talento del Manchester City, Julián Álvarez, que jugó los minutos finales ante los asiáticos.
La cuestión es si Scaloni le puede tirar la responsabilidad de semejante partido a jugadores inexpertos como Mac Allister, Fernández o Álvarez.
El ex volante argentino Maximiliano Rodríguez, verdugo de México en los octavos de final del Mundial 2006 con su recordada volea de zurda, opinó que tanto los jugadores con más partidos en la selección como los novatos “están preparados, uno puede tener más experiencia pero, el que es jugador de selección está preparado para todo”.
El historial mundialista marca que México nunca le ganó a los argentinos en tres choques mundialistas, en 1930, 2006 y 2010.
“Si queremos ganar, si queremos salir campeones del mundo, es bueno tener un tropezón”, analizó el arquero Emiliano Martínez. “Un tropezón no es caída. Es un baldazo, pero el sábado es nuestra primera final del Mundial”.