Eudald Carbonell, arqueólogo: “La globalización es mala, con ella hemos roto el equilibrio entre la madre naturaleza y nosotros”

Después de toda una carrera dedicada a analizar y comprender la evolución del ser humano, Eudald Carbonell, antropólogo y codirector de Atapuerca, ha llegado a una conclusión: la especie humana está colapsando. Su respuesta a esta afirmación tan contundente la ha escrito en El porvenir de la humanidad, un ensayo trazado a modo de decálogo en el que propone diez conceptos clave para “reflexionar sobre nuestra especie y cambiar”.

Lo más urgente, asegura Carbonell, es frenar la inercia con la que hemos evolucionado hasta ahora y detenernos a plantear nuestros siguientes pasos como especie. “Deberíamos ser adictos al pensamiento”, afirma Carbonell, dejando en nuestras manos un libro que constituye el perfecto punto de partida para iniciar ese pensamiento.

National Geographic: ¿Cuándo y por qué decidiste escribir este libro?

Eudald Carbonell: Para mí, el covid fue catalítico. Hizo que me mirara delante del espejo y que me diera cuenta de que la especie está colapsando y que tenemos que tener unos conceptos guía que nos ayuden a no cometer los errores que hemos cometido hasta colapsar. A partir de esta hipótesis, empecé la selección y maduración de los diez conceptos que aparecen en el libro. Son diez conceptos fundamentales para que podamos discutir cómo queremos construir el planeta, para tener herramientas de pensamiento, de conocimiento y de acción. Yo tengo dos partes, la científica y la activista, y este libro nace claramente de mi parte activista.

NG: ¿De dónde surgen los diez conceptos que planteas?

Eudald Carbonell: Surgen de un proceso de integración y de recopilación. Algunos de los conceptos los he ido trabajando desde hace veinte años, otros los he elaborado recientemente. Con cada concepto, además de señalar los retos a los que nos enfrentamos como especie, he querido plantear una posible alternativa. No es suficiente señalar y decir “esto está mal” o “esto es terrible”, tenemos que construir.

“La humanización es que lo humano prevalezca sobre lo homínido”.

NG: Lo primero que dices en el libro es que debemos “completar el proceso de humanización” y “terminar de adquirir las características que nos harán humanos de verdad”. ¿Qué es la “humanización”?

Eudald Carbonell: La humanización es la capacidad que tenemos los seres humanos de dirigir nuestro propio proceso y evitar que la evolución se produzca por azar. Hemos pasado de la Edad Media y el feudalismo a la industrialización y el capitalismo, pero estos procesos no han sido pensados por el ser humano porque no se ha construido una filosofía paralelamente para llevarlos a cabo. La inercia no puede ser lo que domine la historia humana.

La humanización es que lo humano prevalezca sobre lo homínido, que la selección cultural y tecnológica prevalezca sobre la natural, que la racionalidad sea el ámbito en el que se construyan las relaciones sociales. Cuando controlemos todos estos fenómenos, nos habremos humanizado.

NG: ¿Cuáles son las características que nos harán “humanos de verdad”?

Eudald Carbonell: En primer lugar, es imprescindible de integrar la ciencia y la tecnología en el proceso de las relaciones sociales. No puede ser que haya contradicciones como que alguien tenga un teléfono móvil y no sepa cómo usarlo, o que estemos en plena revolución científico-tecnológica y la gente desconozca las leyes que han hecho posible el funcionamiento de todo esto. Es un analfabetismo absoluto y condiciona nuestro crecimiento social, porque la tecnología es la base de nuestra humanización, es lo que nos distingue de los demás animales.

Luego, que estos procesos tecnológicos y científicos incrementen la sociabilidad y no la hagan decrecer, como está ocurriendo ahora (en el sentido de hacer un uso animal y no un uso humano y racional de estos instrumentos). Por último, tener claro que el desarrollo no es lo más importante: lo principal debe ser el progreso social, la evolución responsable y el proceso consciente. Cuando estos sean los motores, estaremos humanizados.

NG: ¿Qué es la “conciencia crítica de especie”? ¿Y por qué crees que es tan importante en el momento en el que nos encontramos?

Eudald Carbonell: La conciencia crítica de especie es un concepto encadenado. La “conciencia” es el factor más importante, porque es la inteligencia puesta al servicio de la especie humana y la capacidad que tenemos de que nuestros conocimientos puedan convertirse en pensamiento y en acción. La “crítica” es obvia, tenemos que pensar nuestros propios pasos y la crítica, o la autocrítica, es la única forma de saber si estamos haciendo las cosas bien o mal. Por último, “de especie”, porque somos una sola especie y, por lo tanto, tenemos que pensar a nivel de especie para hacer significativa esta identidad.

NG: ¿Cuál es el primer paso que podemos dar cada uno para sumarnos a este proceso de humanización?

Eudald Carbonell: Podemos partir de un concepto fundamental, que es la individualidad colectiva. La gente de pensamiento comunitario, socialista, de cooperación, nos hemos equivocado en algo fundamental: se pueden colectivizar los medios de producción pero no se puede colectivizar al ser humano. Eso es un error histórico y lo que hace es convertir a la sociedad en un rebaño. Debemos destacar y poner en primer plano nuestras capacidades individuales, siempre pensando en la colectividad. Solo así acabaremos con el individualismo.

“La globalización podría haber sido buena si estuviéramos en condiciones de integrar la diversidad, pero no generando las diferencias y los problemas que ha creado”.

NG: Dices que la globalización es “el error más importante que ha cometido nuestra especie”. ¿Por qué?

Eudald Carbonell: La globalización ha destruido la diversidad. A lo largo de la historia, los seres humanos nos hemos diversificado en las lenguas, las culturas, las formas de extracción de energía del medio, conquistando zonas septentrionales y meridionales, adaptándonos al calor y al frío, y con todo esto hemos desarrollado ámbitos importantísimos de conocimiento. Lo que ha hecho la globalización ha sido destruirlos y destruir la memoria del sistema para construir un pensamiento único. Si este pensamiento único o forma de adaptarnos única fracasa, como ya no tenemos memoria del sistema, la especie tendrá muy pocas posibilidades de sobrevivir.

La globalización podría haber sido buena si estuviéramos en condiciones de integrar la diversidad, pero no generando las diferencias y los problemas que ha creado, como el cambio climático. Con la globalización hemos roto el equilibrio entre la madre naturaleza y nosotros, sus hijos. Por eso es mala.

NG: Afirmas que “la muerte del capitalismo es fundamental para el proceso de emancipación humana”. ¿Cómo podemos terminar con un sistema en el que estamos completamente sumergidos?

Eudald Carbonell: Siendo conscientes de dos cosas. Primero, que el capitalismo se puede refundar porque no lo ha fundado nadie, ha sido fruto de la propia evolución de los sistemas humanos. Segundo, porque es un sistema que no soluciona los problemas que genera, no tiene alternativas en él mismo. Debemos construir, a partir de los conceptos que propongo, formas que sean las antípodas del sistema capitalista.

Por otro lado, hay que hacer lo que sea para que no haya líderes. Que nadie tenga capacidad de manipulación y de organización porque después esto se utiliza a favor de las clases extractivas. Además, debemos evitar, siempre que podamos, las jerarquías y sustituirlas por la organización. Solo regenerando y haciendo funcionar este tipo de estructuras sociales, sin líderes ni jerarquías, el sistema capitalista desaparecerá.

NG: ¿Cómo se puede llegar a un sistema social no jerárquico y más colaborativo después de tantos siglos basados justamente en la jerarquía y la desigualdad?

Eudald Carbonell: Se llegará por miedo o por convicción, porque no hay otra forma. La inercia histórica es tan grande que la aceleración histórica permite hacer estos saltos de obstáculos. Debemos llegar porque no tenemos otra, es la realidad a la que estamos abocados. Lo mejor es convencer, pero si no se puede convencer, hasta el miedo es útil para cambiar la actitud.

NG: También hablas de la “feminización de la especie”. ¿Qué papel debe tener el feminismo en el proceso de humanización?

Eudald Carbonell: La feminización de la especie es un concepto fundamental. ¿Cómo puede ser que forme parte del colapso que la mitad de la especie no haya podido contribuir socialmente al pensamiento inteligente consciente? Los machos han sido jerarquizados por encima de las hembras, evitando que estas pudieran jugar un papel estratégico en la integración evolutiva.

La parte más importante de la feminización de la especie viene, por supuesto, de la lucha vanguardista de la ideología feminista, que integra muchos procesos distintos. Pienso que lo que falta ahora, sobre todo, es que la acción científica se sume a estos procesos. Hay muchos historiadores y mucha ideología feminista trabajando y entendiendo la propia historia, los roles jugados por hembras y machos, las diferencias que se han ido generando. Precisamente para que la incorporación de la hembra al trabajo y a la propia especie sea como la de los machos. Esto tiene que hacerse realmente por convicción, no solo porque sea necesario.

“Hay una bulimia de pensamiento: en las Universidades ya no se enseña a pensar”.

NG: En tu libro, alertas sobre el “peligro que conlleva no pensar”. ¿De qué manera podemos encontrar espacios para el pensamiento o la reflexión en esta sociedad tan acelerada y saturada de estímulos?

Eudald Carbonell: Esto ya sucedía en la época de los romanos. ¿Qué hacían cuando había una crisis en el Imperio? Organizaban las grandes fiestas en Roma, daban a los ciudadanos pan y circo. Es lo mismo que está ocurriendo ahora con el uso de las redes sociales, por ejemplo. Son una distracción para que no haya tiempo de reflexión.

Por otro lado, hay una bulimia de pensamiento: en las Universidades ya no se enseña a pensar. Como profesor, cuando me dicen que “esto ya no les interesa a los críos” les contesto “no, esto no les interesa a quienes están enseñando, que es otra cuestión”. Yo paso una hora con mis alumnos y hago que piensen, que se hagan preguntas, les hago sentir importantes, ¡son historiadores!, les digo que su papel en la historia es tan fundamental como el de un cirujano que está operando. Hacerles importantes como individuos con la educación, es tan sencillo como eso.

NG: Vivimos tiempos de mucha negatividad y pesimismo. ¿Qué papel crees que debe ocupar la esperanza en este proceso?

Eudald Carbonell: Estamos efectivamente en una época muy negativa porque estamos colapsando, pero el principio de esperanza es fundamental. Si no hay esperanza, no hay transformación, no hay acción, no hay reflexión. Debemos recordar que la conciencia crítica de especie depende de la capacidad que tengamos de conocer y de transformar ese conocimiento en pensamiento. Deberíamos tener adicción al pensamiento, al igual que tenemos adicción a muchísimas otras cosas. Solo así veremos la luz.

NG: ¿Qué margen temporal tenemos para encaminarnos en la dirección que propone el libro, antes de que sea demasiado tarde?

Eudald Carbonell: Muy poco, y el desastre puede ser muy grande. La socialización del capitalismo, la revolución industrial, nos costó dos guerras mundiales y perdimos al 20% de la especie. Unos trescientos millones de personas murieron para que las materias primas pudieran circular por todo el planeta y el capitalismo pudiera excavarse como una cultura social y económica de las clases extractivas. La evolución científico-tecnológica puede generar la misma descarga demográfica, que haya unos quinientos millones de muertos. Es algo que ya ha empezado. Las plataformas que trabajan en África dicen que si no se consigue sacar el trigo de Ucrania, de enero a mayo del 2023 podría haber unos trescientos millones de muertos de hambre. Ya estamos en este punto. Que pase a no dependerá de las capacidades humanas.

NG: Este año anunciaste que en 2024 dejarás el cargo de codirector de Atapuerca. ¿Qué te ha llevado a tomar esa decisión?

Eudald Carbonell: Soy catedrático y profesor de investigación, me jubilan y eso está bien. Así podemos dejar paso y responsabilidad a las nuevas generaciones, que esperamos que puedan contribuir al pensamiento dialogan y que tengan las capacidades necesarias para continuar los proyectos que hemos empezado nosotros. La gente se piensa que jubilarse es retirarse, pero para mí no. Yo me jubilo para poder trabajar sin responsabilidad.

NG: ¿Qué proyectos tienes en manos de cara al futuro?

Eudald Carbonell: Estoy trabajando, desde hace tiempo, en una teoría sobre la evolución social de la especie. Ahora mismo estoy diseñando un equipo y una estructura para trabajar sobre esta teoría durante los años que aún tengo. Y, a parte de eso, voy a plantar viñas. Las pongo en terrenos arriesgados, a 2.200 metros de altura. En mi vida, todo ha sido riesgo.

 

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