“La prioridad ahora es retirar los cadáveres y limpiar las calles par evitar infecciones y enfermedades”, dice el alcalde de Sedaví, José Francisco Cabanes. “No son conscientes de la magnitud de los daños en Sedaví. Los vecinos llevan tres días aislados, las tiendas han sido saqueadas y seguimos sin luz, sin agua y sin gas“. Se necesitan más medios “para que podamos empezar a actuar en la limpieza de las calles y poder hacer un balance real de víctimas, daños y afectados”, apunta la alcaldesa de Benetússer, Eva Sanz. 

Su vecino de Alfafar, Juan Ramón Adsuara, se convertía en la voz de la indignación con un mensaje desesperado: “Nos tienen olvidados: no hemos visto un camión de bomberos en días, la UME, Guardia Civil, no viene nadie aquí. Hay gente conviviendo con los cadáveres en casa. Es muy triste. Solo tenemos la Policía local y una patrulla de la autonómica, estamos en un situación límite”, denunciaba el jueves.

Los alcaldes, al menos en los primeros días, se han convertido en el rostro de la tragedia con sus llamadas desesperadas. Ellos han sido la voz de la desolación en teles y radios nacionales. Con municipios incomunicados, sin luz, sin víveres, colas para recoger agua, convertidos en zonas de crisis humanitaria, ellos se han convertido en la máxima autoridad para unos vecinos frustrados que veían como el resto del estado desaparecía. En algún caso, como comprobó este diario en un municipio de l’Horta Sud, siendo increpados por algún vecino ante la falta de ayuda exterior y la única presencia de los voluntarios.

Los problemas de telecomunicaciones, en pleno siglo XXI, también están marcando esta gestión. Desde el puesto de mando señalan que hasta la mañana del viernes no han podido tener una comunicación fluida, por ejemplo, con el alcalde de Alfafar. Hasta entonces, la comunicación ha sido casi telegráfica. En una reunión de ayer, los representantes de Real, Montroi y Montserrat se tuvieron que reunir juntos en Picassent, debido a los problemas de cobertura. Así están trabajando estos días.

En el Cecopi (Centro de Coordinación Operativa Integrada) de l’Eliana, se hacen cargo de la desesperación de los alcaldes, desolados por el estado de sus pueblos y máximo mando ante sus vecinos, aunque también reclaman paciencia ante unas situaciones que se reproducen en decenas de municipios.

Redes de apoyo

Entre la desesperación de los que estaban dentro y la impotencia de los que estaban fuera se han creado redes de apoyo. Los municipios más cercanos se han autoorganizado en los primeros días de crisis, al margen del centro de mando de la Generalitat. Se ha visto a alcaldes como Juan Antonio Sagredo, de Paterna, que se ha librado del desastre, limpiando en Aldaia. El de Mislata, Carlos Fernández Bielsa, habilitó en las primeras horas un pabellón que está siendo punto de recepción de alimentos, ha acogido a decenas de familias. A Mislata van a llegar dos trailers con víveres de toda España y ha abierto otro para alojar al ejército. También desde Compromís señalan que están “coordinando los municipios” donde gobiernan y tienen concejales para facilitar recursos a las poblaciones más afectadas.

En las últimas horas, con todo, la comunicación con los alcaldes comienza a canalizarse. La Diputación de Valencia ha tomado el mando de la coordinación con los municipios: “Todas las necesidades que se tengan hay que canalizarlas a través de la Diputación”, se trasladó este viernes en una videoconferencia con representantes de los municipios afectados. 

El presidente de la corporación, Vicent Mompó, está emergiendo como eslabón con los alcaldes, por su contacto evidente con ellos (la mayoría de diputados provinciales están afectados de una u otra forma) y su conocimiento del terreno (alcalde de Gavarda, la Ribera). Acompañado por las vicepresidentas Natàlia Enguix (cooperación municipal) y Reme Mazzolari (carreteras), Mompó está haciendo tándem también con la vicepresidenta del Consell, Susana Camarero, para canalizar las ayudas y voluntarios que están llegando.

Este viernes se celebró una reunión con 40 alcaldes y concejales y se nombró a la diputación como enlace de comunicación. Se les requirió lugares en cada municipio para estacionar las maquinarias de trabajo; depositar los vehículos que se retiran de las calles; zonas de avituallamiento para víveres (comida y agua) y zona de helipuerto. La diputación también está asistiendo a los municipios para falicilitar la llegada de cubas de agua y agilizando la recuperación de las redes a través de la empresa Egevesa, participada por la corporación y Aguas de Valencia.